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Es evidente que un viento muy fuerte puede arrancar tierra poco protegida en un terreno y dificultar el uso agrícola de ese terreno.
Ahora, un nuevo estudio corrobora la existencia de un efecto menos obvio del viento pero igual de problemático: El viento no sólo puede arrastrar las partículas sueltas del suelo, sino también a los microbios beneficiosos que ayudan a enriquecer los suelos, a limpiarlos de sustancias contaminantes, y a reciclar los nutrientes de la tierra.
Ahora, un nuevo estudio corrobora la existencia de un efecto menos obvio del viento pero igual de problemático: El viento no sólo puede arrastrar las partículas sueltas del suelo, sino también a los microbios beneficiosos que ayudan a enriquecer los suelos, a limpiarlos de sustancias contaminantes, y a reciclar los nutrientes de la tierra.
El viento puede arrastrar a los microbios beneficiosos presentes en los suelos agrícolas. (Foto: Amazings / NCYT / MMA)
Empleando una potente técnica de secuenciación de ADN, un equipo dirigido por Terrence Gardner y Verónica Acosta Martínez, del Servicio de Investigación Agrícola del Departamento estadounidense de Agricultura (USDA-ARS), analizó la diversidad bacteriana en tres suelos agrícolas de Míchigan, y en dos tipos de sedimentos de erosión (partículas grandes y polvo fino) generados a partir de estos suelos durante un experimento en un túnel de viento.
Los resultados de los análisis indican no sólo que los conjuntos de microbios en las partículas grandes eran diferentes a los presentes en el polvo, sino también que los dos tipos de sedimentos erosionados eran más ricos en ciertos tipos de microbios, en comparación con el suelo inicial.
Los hallazgos hechos en este estudio sugieren que bacterias específicas habitan en puntos específicos del suelo, y por ello diferentes grupos y especies pueden ser arrastrados dependiendo del tipo de partículas que se desprenden y son arrastradas por la acción erosiva del viento.
Los resultados de los análisis indican no sólo que los conjuntos de microbios en las partículas grandes eran diferentes a los presentes en el polvo, sino también que los dos tipos de sedimentos erosionados eran más ricos en ciertos tipos de microbios, en comparación con el suelo inicial.
Los hallazgos hechos en este estudio sugieren que bacterias específicas habitan en puntos específicos del suelo, y por ello diferentes grupos y especies pueden ser arrastrados dependiendo del tipo de partículas que se desprenden y son arrastradas por la acción erosiva del viento.
Es importante saber cuáles son las especies de microbios que los suelos agrícolas están perdiendo, tal como advierte la microbióloga Verónica Acosta Martínez, porque diferentes microbios ejercen diferentes papeles en los procesos del suelo.
Dicho de otro modo, los resultados de la investigación corroboran la idea de que la erosión ocasionada por los vientos puede tanto reducir la diversidad microbiana general en los campos de cultivo, como también hacer que grupos esenciales específicos de bacterias se vuelvan muy escasos en las capas superficiales de los suelos afectados.
Ayudar a los agricultores y a los responsables de políticas agrarias a adoptar prácticas que conserven mejor los suelos es uno de los principales objetivos del equipo de trabajo del citado Servicio de Investigación Agrícola del USDA, un grupo que también incluye a Ted Zobeck, Scott Van Pelt, Matt Baddock, y Francisco Calderón.
Dicho de otro modo, los resultados de la investigación corroboran la idea de que la erosión ocasionada por los vientos puede tanto reducir la diversidad microbiana general en los campos de cultivo, como también hacer que grupos esenciales específicos de bacterias se vuelvan muy escasos en las capas superficiales de los suelos afectados.
Ayudar a los agricultores y a los responsables de políticas agrarias a adoptar prácticas que conserven mejor los suelos es uno de los principales objetivos del equipo de trabajo del citado Servicio de Investigación Agrícola del USDA, un grupo que también incluye a Ted Zobeck, Scott Van Pelt, Matt Baddock, y Francisco Calderón.
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