martes, 18 de diciembre de 2012

MODELOS DE SIMULACIÓN DE CULTIVOS PREDICEN LOS EFECTOS DE EL NIÑO Y LA NIÑA EN ESPAÑA

agenciasinc.es
 
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid y de la Universidad Complutense de Madrid han desarrollado un estudio conjunto sobre los efectos de la variabilidad climática global en los cultivos de verano en la Península Ibérica.


Se realizaron las simulaciones con datos meteorológicos observados a diario procedentes de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Imagen: intef

La variabilidad climática y los cambios en la frecuencia de los eventos extremos tienen un impacto directo sobre los rendimientos de los cultivos y los daños en las cosechas. Los grupos AgSystems de la ETSI Agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y TROPA de la Facultad de Ciencias Físicas de la UCM dentro del clúster Cambio Global y Nuevas Energías del Campus de Excelencia Internacional Campus Moncloa, están estudiando la simulación de las tendencias futuras de las anomalías del clima y de los rendimientos agrícolas que nos ayudará a adaptar un sistema de cultivo para aprovechar las condiciones favorables o reducir los efectos de las condiciones adversas.
El fenómeno de El Niño es un calentamiento de las aguas en el Pacífico Ecuatorial oriental, que afecta no solo a los trópicos sino también a las latitudes medias. El fenómeno contrario se denomina La Niña y se caracteriza por un enfriamiento de las aguas en dicha región. Ambos fenómenos influyen en el clima a nivel global pero los efectos son diferentes dependiendo de la región. El fenómeno El Niño se utiliza en algunos países (por ejemplo Australia) como ayuda para caracterizar la estación de cultivo siguiente.
Hasta ahora no se había encontrado una relación clara de este tipo para nuestro país, pero los resultados preliminares del equipo AgSystems-TROPA indican que el índice El Niño puede ser útil para este propósito también en la Península Ibérica. Para ello se esta realizando un trabajo multidisciplinar relacionando las variaciones en el rendimiento agrícola con las alteraciones sufridas por la temperatura de la superficie del mar a nivel global, ya que el océano representa la principal fuente de predictibilidad del clima en estas escalas.
El grupo AgSystems genera datos de rendimiento simulados con modelos de cultivos, los cuales representan los principales procesos fisiológicos y ecológicos que gobiernan el crecimiento y el desarrollo del cultivo utilizando ecuaciones matemáticas. El modelo de cultivos se calibra y valida con datos experimentales independientes, y tiene en cuenta las condiciones meteorológicas, de suelo y de manejo del cultivo según el lugar de simulación.
 
El cultivo de maíz como referencia
 
El maíz en regadío es el cultivo de referencia utilizado para representar a los cultivos de verano. En el caso particular del estudio, las simulaciones de rendimiento se obtuvieron con el modelo de cultivo CERES Maize, el cual fue calibrado y validado en tres localidades de la Península Ibérica con diferentes regímenes de temperatura y precipitación: Lugo, Getafe y Albacete. Se realizaron las simulaciones con datos meteorológicos observados a diario (radiación, precipitación, temperatura máxima y mínima) disponibles para estas localidades, procedentes de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). En las simulaciones se introdujeron perfiles de suelos reales y la descripción genética de variedades de maíz y del manejo específico y adaptado a cada una de las localidades.
El equipo TROPA-UCM ha relacionado las fluctuaciones en el rendimiento a lo largo del periodo de estudio con la variabilidad del océano a nivel global en meses precedentes a la cosecha, encontrando relaciones significativas con el fenómeno de El Niño (o La Niña), siendo mucho más claras en los años de rendimientos extremos (altos y bajos rendimientos).
 
La Niña aumenta los cultivos en el norte y los disminuye en el centro y el sureste
 
En particular, se ha encontrado que en el Noroeste de la Península Ibérica, representado por Lugo, los eventos de La Niña están significativamente relacionados con un aumento del rendimiento de maíz, y una disminución durante los años de El Niño. Esta relación es muy clara y aparece desde la primavera, fecha en la que se siembra el cultivo. Sin embargo, en el centro y Sureste de la Península Ibérica (Albacete y Getafe), los años de La Niña se han relacionado con una disminución en el rendimiento del maíz, pudiéndose predecir esta disminución desde estaciones previas al ciclo del cultivo. No obstante, en esta región de la Península no hay un aumento claro del rendimiento en los años de El Niño.
Las relaciones encontradas pueden ser útiles para anticipar anomalías de rendimientos (más altos o bajos de lo normal) lo que puede ayudar a adaptar un sistema de cultivo con antelación: contratación de seguros, cambios en fechas de siembra, elección de especies y variedades, así como cambios en el manejo de la fertilización y el riego y el establecimiento de un sistema de alerta temprana. Los modelos de simulación de cultivos están demostrando ser una herramienta útil para estos propósitos.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

PREDICCIONES SOBRE EL DESCENSO DE LA PRODUCTIVIDAD AGRÍCOLA DENTRO DE 40 AÑOS

noticiasdelaciencia.com
 
Si no se ponen en marcha medidas que lo impidan, en diversas partes del mundo, sobre todo en las naciones en vías de desarrollo, el rendimiento de bastantes de los principales cultivos agrícolas disminuirá por culpa del calentamiento global.


El calentamiento global amenaza con reducir la productividad de los campos agrícolas. (Foto: Amazings / NCYT / JMC)

Ésta es una de las sombrías conclusiones a las que se ha llegado en un estudio hecho público por el Programa de Investigación sobre Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS, por sus siglas en inglés), dependiente del consorcio internacional CGIAR (cuyo nombre deriva de las siglas en inglés de Grupo Consultor sobre Investigación Agrícola Internacional).
Los rendimientos de tres de los cultivos más importantes, el trigo, el arroz y el maíz, disminuirán en muchos países en vías de desarrollo a medida que las temperaturas vayan ascendiendo y la lluvia se vuelva más imprevisible. Ésta es una de las conclusiones del nuevo estudio. En él también se ha hecho un análisis de los efectos potenciales del cambio climático en 22 de los cultivos agrícolas más importantes del mundo.
Para mediados de este siglo, el cambio climático podría causar que los rendimientos de trigo bajo sistemas de irrigación en los países en vías de desarrollo disminuyeran en un 13 por ciento. En el caso del cultivo de arroz bajo sistemas de irrigación en estos mismos países, el descenso podría ser de hasta un 15 por ciento. En África, muchos campesinos que cultivan maíz, el cual no se adapta tan bien a las altas temperaturas como otros vegetales, podría perder de un 10 a un 20 por ciento de su rendimiento actual.
Otras fuentes adicionales de alimento también sufrirán descensos de rendimiento en muchos lugares. El costo de alimentar al ganado con maíz y grano en general, será más caro. Y la disponibilidad de los recursos pesqueros, que son particularmente susceptibles al incremento de las temperaturas y a la mayor salinidad oceánica, será cada vez más escasa.
A las fuentes vegetales de proteínas no les irá mucho mejor. La soja se enfrenta a dificultades crecientes ante la subida del termómetro en diversas zonas. Incluso cultivos vigorosos como el mijo y la lenteja pueden ver mermada su productividad si sufren un calor excesivo.
Las temperaturas superiores y los cambios en los patrones de lluvia perjudicarán a bastantes más cosas que los rendimientos agrícolas. Estos cambios nocivos también alterarán los ecosistemas en los que se apoya la agricultura. Las fuentes de agua dulce, ya un tanto escasas en varias regiones del globo, serán aún más precarias cuando la lluvia se torne menos predecible.
Las alteraciones en los ecosistemas provocadas por el cambio climático pueden propiciar cambios en la intensidad de plagas de insectos herbívoros y epidemias de enfermedades en los vegetales, lo que limitará aún más la producción de alimentos. "De hecho, incluso aunque los cultivos puedan resistir el ascenso de las temperaturas y la escasez de precipitaciones, sus rendimientos podrían caer por culpa de estos otros desastres", subraya Philip Thornton, del CCAFS.