miércoles, 16 de enero de 2013

LOS CIENTÍFICOS PROPONEN APROVECHAR LAS TIERRAS 'MARGINALES' PARA PRODUCIR BIOCOMBUSTIBLES

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Las tierras inadecuadas para la siembra de alimentos podrían ser lugares apropiados para la producción de cultivos con los que obtener biocombustibles, según un estudio de un equipo internacional de científicos que publica la revista Nature.


Árboles híbridos de álamo para la creación de biomasa celulósica en la Estación Biológica Kellogg (KBS) en Michigan (EE UU). Imagen: Universidad Estatal de Michigan.

Un trabajo publicado en la revista Nature sugiere que las tierras marginales podrían generar una proporción sustancial de grano para biocombustibles, lo que facilitaría el cumplimiento del objetivo fijado por EE UU para 2022.
La norma conocida como Estándar de Combustibles Renovables de 2007 (RFS, por sus siglas en inglés) dictamina que las refinerías deben mezclar cierta cantidad de biocombustibles renovables en sus carburantes y la industria producir 136 mil millones de litros de biocombustible de forma global hasta esa fecha.
“Las tierras que hoy son marginales puede que no lo sean en el futuro, debido a la creciente demanda de terreno en todo el mundo para producir alimentos y piensos. Sin embargo, el uso de este tipo de tierras es una buena oportunidad para cubrir las necesidades actuales de biocombustibles, si no son necesarias para otros usos como, por ejemplo, la conservación de la biodiversidad”, declara a SINC Klaus Butterbach-Bahl, coautor del estudio e investigador del Instituto de Tecnología de Karlsruhe (Alemania).

Las políticas para fomentar la producción de biocombustibles en los EE UU y Europa han provocado que terrenos que se dedicaban anteriormente para la alimentación se hayan reconvertido a la producción de etanol con grano.
“Este cambio puede tener consecuencias negativas, como el aumento de las emisiones de dióxido de carbono y la reducción de la cantidad de tierra fértil disponible para satisfacer la creciente demanda de alimentos”, explican los investigadores.
El equipo de científicos evaluó el potencial de las tierras marginales en el medio oeste de EE UU para la producción de bioenergía y mitigar así las emisiones de gases de efecto invernadero. Según sus resultados, estas zonas podrían producir biomasa suficiente para satisfacer aproximadamente el 25% de la meta fijada para 2022.
“El aumento de la población humana y la necesidad futura de alimentos restringirá potencialmente el cultivo para la producción de biocombustibles. Por otra parte, el uso de cultivos alimentarios (como maíz o soja) para biocarburante puede afectar al precio de los alimentos y a las decisiones del uso del suelo. Por lo tanto, pensamos que el uso de las tierras marginales y los biocarburantes celulósicos representan una práctica de gestión optima”, apunta a SINC Ilya Gelfand, otro de los autores del trabajo e investigador de la Universidad Estatal de Michigan (EE UU).
Actualmente los biocombustibles celulósicos —combustibles líquidos derivados de partes no comestibles de las plantas— están en desarrollo, por lo que las evidencias basadas en esta investigación siguen a la espera de los resultados de la producción a gran escala de dichos biocombustibles.

Referencia bibliográfica:

Ilya Gelfand, Ritvik Sahajpal, Xuesong Zhang, R. Ce´sar Izaurralde, Katherine L. Gross y G. Philip Robertson. “Sustainable bioenergy production from marginal lands in the US Midwest”, Nature 493, 17 de enero de 2013. doi:10.1038/nature11811

martes, 18 de diciembre de 2012

MODELOS DE SIMULACIÓN DE CULTIVOS PREDICEN LOS EFECTOS DE EL NIÑO Y LA NIÑA EN ESPAÑA

agenciasinc.es
 
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid y de la Universidad Complutense de Madrid han desarrollado un estudio conjunto sobre los efectos de la variabilidad climática global en los cultivos de verano en la Península Ibérica.


Se realizaron las simulaciones con datos meteorológicos observados a diario procedentes de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Imagen: intef

La variabilidad climática y los cambios en la frecuencia de los eventos extremos tienen un impacto directo sobre los rendimientos de los cultivos y los daños en las cosechas. Los grupos AgSystems de la ETSI Agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y TROPA de la Facultad de Ciencias Físicas de la UCM dentro del clúster Cambio Global y Nuevas Energías del Campus de Excelencia Internacional Campus Moncloa, están estudiando la simulación de las tendencias futuras de las anomalías del clima y de los rendimientos agrícolas que nos ayudará a adaptar un sistema de cultivo para aprovechar las condiciones favorables o reducir los efectos de las condiciones adversas.
El fenómeno de El Niño es un calentamiento de las aguas en el Pacífico Ecuatorial oriental, que afecta no solo a los trópicos sino también a las latitudes medias. El fenómeno contrario se denomina La Niña y se caracteriza por un enfriamiento de las aguas en dicha región. Ambos fenómenos influyen en el clima a nivel global pero los efectos son diferentes dependiendo de la región. El fenómeno El Niño se utiliza en algunos países (por ejemplo Australia) como ayuda para caracterizar la estación de cultivo siguiente.
Hasta ahora no se había encontrado una relación clara de este tipo para nuestro país, pero los resultados preliminares del equipo AgSystems-TROPA indican que el índice El Niño puede ser útil para este propósito también en la Península Ibérica. Para ello se esta realizando un trabajo multidisciplinar relacionando las variaciones en el rendimiento agrícola con las alteraciones sufridas por la temperatura de la superficie del mar a nivel global, ya que el océano representa la principal fuente de predictibilidad del clima en estas escalas.
El grupo AgSystems genera datos de rendimiento simulados con modelos de cultivos, los cuales representan los principales procesos fisiológicos y ecológicos que gobiernan el crecimiento y el desarrollo del cultivo utilizando ecuaciones matemáticas. El modelo de cultivos se calibra y valida con datos experimentales independientes, y tiene en cuenta las condiciones meteorológicas, de suelo y de manejo del cultivo según el lugar de simulación.
 
El cultivo de maíz como referencia
 
El maíz en regadío es el cultivo de referencia utilizado para representar a los cultivos de verano. En el caso particular del estudio, las simulaciones de rendimiento se obtuvieron con el modelo de cultivo CERES Maize, el cual fue calibrado y validado en tres localidades de la Península Ibérica con diferentes regímenes de temperatura y precipitación: Lugo, Getafe y Albacete. Se realizaron las simulaciones con datos meteorológicos observados a diario (radiación, precipitación, temperatura máxima y mínima) disponibles para estas localidades, procedentes de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). En las simulaciones se introdujeron perfiles de suelos reales y la descripción genética de variedades de maíz y del manejo específico y adaptado a cada una de las localidades.
El equipo TROPA-UCM ha relacionado las fluctuaciones en el rendimiento a lo largo del periodo de estudio con la variabilidad del océano a nivel global en meses precedentes a la cosecha, encontrando relaciones significativas con el fenómeno de El Niño (o La Niña), siendo mucho más claras en los años de rendimientos extremos (altos y bajos rendimientos).
 
La Niña aumenta los cultivos en el norte y los disminuye en el centro y el sureste
 
En particular, se ha encontrado que en el Noroeste de la Península Ibérica, representado por Lugo, los eventos de La Niña están significativamente relacionados con un aumento del rendimiento de maíz, y una disminución durante los años de El Niño. Esta relación es muy clara y aparece desde la primavera, fecha en la que se siembra el cultivo. Sin embargo, en el centro y Sureste de la Península Ibérica (Albacete y Getafe), los años de La Niña se han relacionado con una disminución en el rendimiento del maíz, pudiéndose predecir esta disminución desde estaciones previas al ciclo del cultivo. No obstante, en esta región de la Península no hay un aumento claro del rendimiento en los años de El Niño.
Las relaciones encontradas pueden ser útiles para anticipar anomalías de rendimientos (más altos o bajos de lo normal) lo que puede ayudar a adaptar un sistema de cultivo con antelación: contratación de seguros, cambios en fechas de siembra, elección de especies y variedades, así como cambios en el manejo de la fertilización y el riego y el establecimiento de un sistema de alerta temprana. Los modelos de simulación de cultivos están demostrando ser una herramienta útil para estos propósitos.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

PREDICCIONES SOBRE EL DESCENSO DE LA PRODUCTIVIDAD AGRÍCOLA DENTRO DE 40 AÑOS

noticiasdelaciencia.com
 
Si no se ponen en marcha medidas que lo impidan, en diversas partes del mundo, sobre todo en las naciones en vías de desarrollo, el rendimiento de bastantes de los principales cultivos agrícolas disminuirá por culpa del calentamiento global.


El calentamiento global amenaza con reducir la productividad de los campos agrícolas. (Foto: Amazings / NCYT / JMC)

Ésta es una de las sombrías conclusiones a las que se ha llegado en un estudio hecho público por el Programa de Investigación sobre Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS, por sus siglas en inglés), dependiente del consorcio internacional CGIAR (cuyo nombre deriva de las siglas en inglés de Grupo Consultor sobre Investigación Agrícola Internacional).
Los rendimientos de tres de los cultivos más importantes, el trigo, el arroz y el maíz, disminuirán en muchos países en vías de desarrollo a medida que las temperaturas vayan ascendiendo y la lluvia se vuelva más imprevisible. Ésta es una de las conclusiones del nuevo estudio. En él también se ha hecho un análisis de los efectos potenciales del cambio climático en 22 de los cultivos agrícolas más importantes del mundo.
Para mediados de este siglo, el cambio climático podría causar que los rendimientos de trigo bajo sistemas de irrigación en los países en vías de desarrollo disminuyeran en un 13 por ciento. En el caso del cultivo de arroz bajo sistemas de irrigación en estos mismos países, el descenso podría ser de hasta un 15 por ciento. En África, muchos campesinos que cultivan maíz, el cual no se adapta tan bien a las altas temperaturas como otros vegetales, podría perder de un 10 a un 20 por ciento de su rendimiento actual.
Otras fuentes adicionales de alimento también sufrirán descensos de rendimiento en muchos lugares. El costo de alimentar al ganado con maíz y grano en general, será más caro. Y la disponibilidad de los recursos pesqueros, que son particularmente susceptibles al incremento de las temperaturas y a la mayor salinidad oceánica, será cada vez más escasa.
A las fuentes vegetales de proteínas no les irá mucho mejor. La soja se enfrenta a dificultades crecientes ante la subida del termómetro en diversas zonas. Incluso cultivos vigorosos como el mijo y la lenteja pueden ver mermada su productividad si sufren un calor excesivo.
Las temperaturas superiores y los cambios en los patrones de lluvia perjudicarán a bastantes más cosas que los rendimientos agrícolas. Estos cambios nocivos también alterarán los ecosistemas en los que se apoya la agricultura. Las fuentes de agua dulce, ya un tanto escasas en varias regiones del globo, serán aún más precarias cuando la lluvia se torne menos predecible.
Las alteraciones en los ecosistemas provocadas por el cambio climático pueden propiciar cambios en la intensidad de plagas de insectos herbívoros y epidemias de enfermedades en los vegetales, lo que limitará aún más la producción de alimentos. "De hecho, incluso aunque los cultivos puedan resistir el ascenso de las temperaturas y la escasez de precipitaciones, sus rendimientos podrían caer por culpa de estos otros desastres", subraya Philip Thornton, del CCAFS.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

LOS CULTIVOS CUBIERTA POSIBILITAN UNA AGRICULTURA MÁS SOSTENIBLE

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Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid han demostrado que reemplazar el barbecho tradicional por cultivos cubierta –cultivos secundarios que no pretenden aumentar la producción– reduce la contaminación por nitratos sin incrementar la salinidad ni reducir el rendimiento.


Vista de uno de los ensayos de cebada, veza, colza y suelo desnudo. Imagen: José Luis Gabriel Pérez.
 
Un trabajo de investigadores del grupo de Sistemas Agrarios (AgSystems) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) en colaboración con el de Calidad de Suelos y Aplicaciones Medioambientales ha concluido que la utilización de cultivos cubierta durante los períodos intercultivo reduce la cantidad de nutrientes libres en el suelo fijándolos a su biomasa. Así, este tipo de cultivos se presentan como una alternativa muy interesante al barbecho, ya que su uso disminuiría la contaminación de los acuíferos.
El barbecho es una práctica agrícola común en condiciones semiáridas como la española, y que consiste en mantener el suelo libre de vegetación durante el periodo variable que queda entre la cosecha del último cultivo y la siembra del siguiente. Esto permite una mayor acumulación de agua y nutrientes en el suelo, que en principio serán aprovechados por el cultivo siguiente. Sin embargo, esta acumulación de agua y nutrientes incrementa el riesgo de que se produzcan eventos importantes de lavado de sales, productos fitosanitarios e incluso nutrientes (con la contaminación de acuíferos que conlleva), y más si estos periodos de barbecho y acumulación coinciden con los periodos de lluvia más intensa o prolongada.
Una de las alternativas más interesantes para reducir estos riesgos es la introducción de cultivos cubierta o captura. Estos cultivos secundarios no pretenden dar lugar a una producción de frutos o granos como tal, sino reducir la cantidad de nutrientes libres en el suelo (fijándolos en su biomasa) durante los periodos intercultivo, reduciendo así su riesgo de lavado.
 
Una alternativa al barbecho
 
Para analizar la eficiencia de estos cultivos cubierta, así como los posibles efectos negativos sobre el cultivo principal (en este caso el maíz), los investigadores de la UPM desarrollaron diversos ensayos con distintos tipos de cultivos cubierta durante seis años consecutivos en la finca “La Chimenea” del IMIDRA así como en los Campos de Prácticas de la ETS de Ingenieros Agrónomos. Estos ensayos contaron con una monitorización continua tanto del desarrollo y cobertura de los cultivos como de la humedad del suelo a varias profundidades para cada uno de los tratamientos.
Como resultado de estos ensayos se concluyó que estos cultivos son realmente eficientes en el control del lavado de nitratos, principalmente las especies de la familia de las gramíneas, y aunque ninguna especie presentó reducción del rendimiento del maíz siguiente, las especies de leguminosas presentaron un efecto más beneficioso en cuanto a producción que el resto.
Otro de los aspectos que se estudiaron fue el riesgo de un incremento en la salinidad del suelo que pudiese afectar a la producción del maíz al reducir el lavado. En este sentido, se ha observado que aunque efectivamente hay una reducción en la cantidad de sales que se pierden por lavado, el balance total de sales continúa siendo negativo en el sistema pese a introducir cultivos cubierta y no se observó ningún incremento en el suelo en ninguno de sus horizontes, incluso reduciéndose en las capas superficiales, mejorando así las condiciones para la siembra y germinación del maíz. El trabajo ha sido financiado por el Plan Nacional de investigación y la Comisión Europea.
 
Referencia bibliográfica:
 
Gabriel, J.L., Muñoz-Carpena, R., Quemada, M., 2012. The role of cover crops in irrigated systems: water balance, nitrate leaching and soil mineral nitrogen accumulation. Agric. Ecosyst. Environ. 155, 50–61.
Gabriel, J.L., Almendros, P., Hontoria, C., Quemada, M., 2012. The role of cover crops in irrigated systems: Soil salinity and salt leaching. Agric. Ecosyst. Environ. 158, 200–207.
Gabriel, J.L., M. Quemada. 2011. Replacing bare fallow with cover crops in a maize cropping system: Yield, N uptake and fertiliser fate. European Journal of Agronomy 34(3): 133-143.

jueves, 15 de noviembre de 2012

LOS ÁCAROS SE ALÍAN CON LOS CÍTRICOS

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Un estudio coordinado por investigadores del Instituto Agroforestal Mediterráneo de la Universidad Politécnica de Valencia, en colaboración con la Universidad de Navarra y la empresa belga Biobest Belgium N.V. ha constatado que los ácaros depredadores del suelo constituyen un perfecto aliado para hacer frente a la plaga de trips en cítricos causada por Pezothrips kellyanus, un diminuto insecto que afecta a la piel de los frutos.



 
Expertos del Instituto Agroforestal Mediterráneo (IAM) han analizado cuatro huertos de cítricos situados en Valencia e identificaron quince especies de ocho familias de ácaros, de los cuales, los más abundantes fueron Parasitus americanus (Parasitidae) y Gaeolaelaps aculeifer (Hypoaspis aculeifer).
A partir de los resultados obtenidos de las pruebas de campo y laboratorio, han concluído que el ácaro que mejor podría actuar contra la plaga de trips en cítricos cuando está en tierra es Gaeolaelaps aculeifer. El trabajo ha sido publicado recientemente en la revista Biological Control.
Según explica Ferran Garcia, investigador del IAM y profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), el trips constituye un grave problema económico para el sector citrícola: “este insecto provoca una cicatriz redonda en la parte alta del fruto. Se trata de una afección meramente estética, pero con unas graves consecuencias.
 Por ejemplo, en el caso de la producción valenciana, la mitad se destina a la exportación y un fruto afectado por esta plaga no puede exportarse, con las pérdidas económicas que ello conlleva”.
 
Cuanto más estiércol, menos trips
 
Para tratar de buscar una solución a este problema, los investigadores de la UPV abrieron una línea de trabajo no explorada hasta el momento: se plantearon estudiar la fauna presente en el suelo de los huertos y su incidencia en la aparición o no de la plaga.
“Se trata del primer estudio en España que ha evaluado el comportamiento de los ácaros de la tierra y cómo su mayor o menor presencia puede afectar a la población de trips y, por tanto, a la aparición o no de daños en la cosecha”, señala Cristina Navarro, investigadora del IAM.
“Del estudio concluimos que existe una relación directa entre la mayor presencia de este ácaro en la tierra y la menor de trips en el cítrico. Ello sugiere que estos ácaros podrían constituir una alternativa a los productos químicos utilizados actualmente”, añade García.
Por otro lado, los investigadores llevaron a cabo diferentes ensayos para determinar si las aplicaciones foliares de insecticidas o la adición de materia orgánica al suelo afecta la abundancia de ácaros depredadores del suelo. “Aquellos terrenos a los que se le añade compostaje de estiércol tienen más ácaros depredadores; mientras que el tratamiento con clorpirifos no afecta a la abundancia de los mismos”, concluye Navarro.

jueves, 8 de noviembre de 2012

LAS MALLAS ABSORBENTES DE RADIACIÓN UV REDUCEN LAS PLAGAS DE PULGÓN

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Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid, en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, concluyen que la disminución de luz ultravioleta en el entorno reduce la propagación y la densidad poblacional del pulgón, disminuyendo así el uso excesivo de plaguicidas.


Colonia de Macrosiphum euphorbiae sobre lechuga. Imagen: Alberto Fereres
 
El uso de mallas absorbentes de luz ultravioleta (UV) consigue reducir la incidencia del pulgón de la patata (M. euphorbiae) sobre el cultivo de lechuga. Esto es lo que ha concluido un estudio llevado a cabo por el grupo de investigación de Manejo Integrado de Plagas de la ETSI Agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid UPM en colaboración con el grupo de Insectos Vectores de Patógenos de Plantas del Instituto de Ciencias Agrarias del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
"Estas mallas deben ser consideradas como herramientas importantes en el control integrado de pulgones en cultivos cubiertos, reduciendo así el exceso de aplicaciones plaguicidas, lo que repercute positivamente en el coste de producción así como en el medio ambiente y la salud humana", apuntan los expertos.
El Manejo Integrado de Plagas (MIP) implica el uso de múltiples tácticas para optimizar el control de toda clase de plagas. Entre las tácticas de control que deben ser desarrolladas en el MIP se incluyen métodos físicos que evitan residuos en materias primas y reducen al mínimo los daños al medio ambiente. En este contexto, las cubiertas que absorben luz UV han demostrado servir para reducir el impacto de varias plagas de insectos como los pulgones, moscas blancas, polillas y trips. De hecho, se sabe que la radiación UV es importante en las señales visuales de la mayoría de los insectos, ya que modifican su comportamiento de vuelo y aterrizaje.
 
Una especie perjudicial en la agricultura
 
Los pulgones se encuentran entre los insectos más dañinos de cultivos tanto al aire libre como bajo techo, pudiendo causar pérdidas cuantiosas. En particular, Macrosiphum euphorbiae es una de las especies de áfidos más dañinas del mundo capaz de transmitir decenas de virus vegetales y colonizar numerosas especies hortícolas. Por ello, se eligió esta especie para evaluar el efecto de las mallas absorbentes de luz UV sobre su desarrollo y dispersión. En este caso, los investigadores decidieron analizar si la malla absorbente de luz UV (Bionet®) era capaz de reducir la incidencia del pulgón de la patata (M. euphorbiae) sobre el cultivo de lechuga.
Para este estudio se realizaron durante tres temporadas ensayos en los que invernaderos de lechuga protegidos unos con cubierta convencional y otros con malla Bionet® fueron infestados artificialmente con dicho pulgón. Su población fue estimada con muestreos semanales en todas las plantas. Dicha población creció exponencialmente en los dos entornos, pero fue significativamente más baja cuando se encontraba bajo la malla absorbente de luz UV.
De igual manera, en condiciones de laboratorio, los parámetros de la tabla de vida fueron significativamente reducidos bajo la malla Bionet®. Además, los análisis estadísticos mostraron que la distribución espacial del pulgón disminuida eficazmente en ambiente pobre de luz UV.
Además de este trabajo, la unidad de protección de cultivos de la ETSI Agrónomos de la UPM y el grupo de Insectos Vectores de Patógenos de Plantas (ICA-CSIC) mantienen una línea de colaboración, gracias a proyectos nacionales, para el estudio de nuevos aspectos como el efecto de cubiertas absorbentes de radiación UV sobre enemigos naturales de las plagas y sobre virus de plantas.
 
Referencia bibliográfica:
 
Legarrea, S; Diaz, BM; Plaza, M; Barrios, L; Morales, I; Vinuela, E; Fereres, A. Diminished UV radiation reduces the spread and population density of Macrosiphum euphorbiae (Thomas) [Hemiptera: Aphididae] in lettuce crops. HORTICULTURAL SCIENCE, 39 (2):74-80; 2012.

jueves, 27 de septiembre de 2012

UN NUEVO ABONO ORGÁNICO RALENTIZA LA DEGRADACIÓN DE LOS FUNGICIDAS

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Un equipo de invastigadores del CSIC y de la Universiad de La Rioja han descubierto un nuevo abono orgánico a base de hongos que hace más lenta la degradación de los fungicidas. El objetivo, dicen los investigadores, es disminuir el riesgo de contaminación de suelos y aguas del entorno.



El Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (IRNASA, centro del CSIC) ha analizado los efectos que produce la aplicación de residuos orgánicos como abono sobre la degradación de los fungicidas que llegan al suelo tras ser aplicados para combatir enfermedades de las plantas.
En concreto, en colaboración con la Universidad de La Rioja, los científicos han estudiado cómo se disipan algunos de estos productos químicos cuando los agricultores aplican simultáneamente al suelo como enmienda un sustrato postcultivo de hongos. Los resultados, publicados en la revista Journal of Agricultural and Food Chemistry, indican que estos residuos orgánicos hacen más lenta la degradación de los fungicidas, con lo cual se disminuye el riesgo de contaminación de suelos y aguas del entorno.
"Es importante estudiar estos procesos porque en las prácticas agrícolas se aplican tanto pesticidas como enmiendas orgánicas y la interacción entre ambos puede dar lugar a contaminaciones de aguas superficiales por escorrentías o de aguas subterráneas por lixiviación", señala en declaraciones a DiCYT María Jesús Sánchez, investigadora principal del grupo de 'Contaminación de Suelos y Aguas por Pesticidas' del IRNASA, que firma el artículo junto a sus compañeros Jesús María Marín-Benito y Sonia Rodríguez-Cruz y a Marisol Andrades, investigadora riojana.
El sustrato postcultivo de hongos es un material orgánico que queda como residuo después de cultivar setas o champiñones y está compuesto por los materiales del compost utilizado para su producción: paja, serrín, estiércol, carbohidratos o yeso. Precisamente, en La Rioja el cultivo más destacado después del viñedo es el cultivo del champiñón, así que este desecho podría emplearse después como fertilizante en los suelos de los viñedos, debido a que tienen un contenido muy bajo en materia orgánica. De esta forma, se evita el envío de residuos orgánicos a los vertederos, tal y como indica la legislación europea, y se obtienen beneficios para otro cultivo.
En el laboratorio y en trabajos de campo
La aplicación de residuos orgánicos a los suelos en combinación con productos químicos para las plantas ya ha sido estudiada anteriormente por el IRNASA, que ha demostrado tanto en el laboratorio como en trabajos de campo que modifica la adsorción, movilidad y degradación de los plaguicidas. En esta ocasión, el trabajo publicado estudia la disipación de cuatro fungicidas de diferente estructura química: iprovalicarb, metalaxil, penconazol y pirimetanil, muy utilizados en el cultivo de la vid para combatir enfermedades como el oídio y el mildiú y la podredumbre.
Un agricultor puede aplicar al suelo del viñedo los sustratos postcultivo de hongos directamente, cuando aún están frescos, o tras un proceso de compostaje, pero según los datos de la investigación las consecuencias son muy diferentes. Con el residuo compostado, disminuye la velocidad de degradación de todos los fungicidas. Sin embargo, el residuo fresco apenas frena la velocidad de degradación en alguno de los compuestos químicos.
 
Controlar la degradación
 
La conclusión es que los residuos postcultivo de champiñón "pueden servir para controlar el mecanismo de degradación de los fungicidas". Esto tiene un aspecto positivo, ya que evitan que se dispersen rápidamente y puedan llegar, por ejemplo, a aguas subterráneas o a aguas superficiales. Sin embargo, como aspecto negativo está la persistencia del producto químico en el ambiente durante más tiempo, aunque "el final deseado para los fungicidas es su transformación en CO2". Por otra parte, el sustrato postcultivo puede favorecer también la formación de productos de degradación con diferente capacidad de adsorción por el suelo que el fungicida original. Asimismo, las comunidades microbianas del suelo también sufren modificaciones debido a la combinación de residuos orgánicos y fungicidas.
Aunque el artículo publicado en Journal of Aricultural and Food Chemistry hace referencia a una situación muy específica que se da principalmente en La Rioja, "el objetivo es sacar conclusiones generales que sirvan también para otros tipos de residuos", indica el grupo de investigación. El trabajo se ha realizado en colaboración con el Centro Tecnológico de Investigación del Champiñón, en La Rioja, y la empresa Intraval. El proyecto ha sido financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad.